Recuerdos que quedan en el tiempo, promesas que se volvieron pensamientos, y sólo vale recordar. ¿Pero es mejor mirar hacia atrás o concentrarse en el futuro? El presente es la respuesta.
No podemos vivir aferrados a lo que algún día paso, si ya no es, no volverá a ser nunca cómo antes, o directamente no volverá a ser. Muchísimos momentos quedarán cómo recuerdos que no se revivirán. Un día de lluvia, una nueva canción, una mirada clavada en el olvido.
"Otra gota cae frente a su ventana, y Jude se pregunta si parará de llover, si las nubes se irán y el cielo se verá celeste cómo de costumbre, pero nada es seguro ahora. Arrodillada frente a su ventana mira hacia afuera, esperando que el viento le susurre las respuestas que ella busca, el camino correcto para no volverse a equivocar"
Desde aquel día en el que ella estaba pensando, muchas palabras quedaron dentro de su garganta, sin poder escapar, sin poder huir, quedando encerradas dentro de ella, quería dejarlas ir, pero sabía que si las soltaba no las hablaría, si no que las gritaría... Aquellas no eran palabras de reconciliación ni de serenidad, pero necesitaba soltarlas.
Aún hasta el día de hoy, Jude espera el momento exacto para decirlas, para liberar ese enojo que tiene dentro, y pueden estar seguros, que el momento de decirlas se acerca.